sábado, 3 de marzo de 2007

Un hospital para pecadores y no un club de santos

Esa es la comunidad peregrina en esta tierra llamada Iglesia Católica, en este tiempo de cuaresma tenemos la oportunidad de recordar que siempre tenemos la oportunidad de salir de nuestras incoherencias, de nuestras búsquedas vacías de protagonismos; en síntesis de nuestra mediocridad de vivir la vida.

¿Qué signos concretos damos de aquello de lo que decimos creer? Eso es lo que se nos pide a los cristianos católicos en medio de una sociedad conflictuada. Multipliquemos los espacios de solución y de solidaridad; la cuaresma y los desastres naturales nos interpelan.

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