martes, 13 de marzo de 2007

EL MENTADO PREMIO NOBEL DE LA PAZ

Aunque este tema parece no tener gran eco, en medio de un cotexto social y climatológico de gran dificultad para nuestro país, es la misma historia la que nos narra qué sucede con la elección del premio de la Paz.

Muchas veces la políticia decide a través de “lobbyes” (grupos de presión) de ciertas minorías que imponen su visión dentro de una mayoría desorganizada.

En más de 25 años de Pontificado, Juan Pablo II, un Papa viajero y cercano a los fieles, ha estado muchas veces en las quinielas del Premio Nobel de la Paz, un galardón que no consiguió.

Una personalidad que contribuyó a la caída del comunismo en Polonia (sistema que no reconoce la libertad, ni la dignidad humana), abrió la URSS a la escena internacional y expuso abiertamente su oposición a la guerra de Iraq. Sus llamamientos a la paz, el modo de comunicarse a través de los viajes y el uso de los medios hicieron que se hablara mucho de que un día sería reconocido Premio Nobel de la Paz y sin embargo no sucedió.

Nace, casi sin querer, la reflexión de que el cristiano debe ser un signo concreto de Paz, no sólo de discursos, ni de una paz que acepta la guerra fratricida en nombre de la revolución.

Finalmente, y en orden a la verdad, también la historia contemporánea nos muestra que la Madre Teresa de Calcuta en 1979 recibió este reconocimiento del Nobel de la Paz "Por la lucha para superar la pobreza y la señal por el trabajo emprendido de socorro, que también constituye una amenaza a la paz”. La madre Teresa aceptó este premio con humildad, usando el dinero (1,32 millones de dólares) de los mismos para la fundación de más centros. Y a pedido de Juan Pablo II, fue su embajadora de la Vida llegando a lugares que el Papa no podía acceder.

2 comentarios:

Daniel Mercado dijo...

¿Necesita un papa un premio por hacer algo que entra dentro de su obligación? Me parece que no. Necesita sí, una gran dosis de cincunspección para no confundir sus opciones políticas o ideológicas con las opciones que la fe inspira.

Leonidas del Campo dijo...

Daniel,
no solo el Papa sino cualquier "pastor" o responsable de guiar una comunidad,no debe hacer su trabajo por conseguir un premio. sino por cumplir su vocaciòn.
lo interesante es que en Bolivia, todos se quedan indiferentes a que el presidente sea un candidato a este "reconocimiento" moral.