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hablar de "pueblos indígenas y originarios corre el riesgo de ser un término manipulado e idologizado. Aún así, con este cuidad destaco un par de pensamientos sobre " La integración de los indígenas y afrodescendientes"
en el capítulo 10 de APARECIDA
1. Como discípulos de Jesucristo, encarnado en la vida de todos los pueblos descubrimos y reconocemos desde la fe las “semillas del Verbo”[1] presentes en las tradiciones y culturas de los pueblos indígenas de América Latina. De ellos valoramos su profundo aprecio comunitario por la vida, presente en toda la creación, en la existencia cotidiana y en la milenaria experiencia religiosa, que dinamiza sus culturas, la que llega a su plenitud en la revelación del verdadero rostro de Dios por Jesucristo.
2. Como discípulos y misioneros al servicio de la vida, acompañamos a los pueblos indígenas y originarios en el fortalecimiento de sus identidades y organizaciones propias, la defensa del territorio, una educación intercultural bilingüe y la defensa de sus derechos. Nos comprometemos también a crear conciencia en la sociedad acerca de la realidad indígena y sus valores, a través de los medios de comunicación social y otros espacios de opinión. A partir de los principios del Evangelio apoyamos la denuncia de actitudes contrarias a la vida plena en nuestros pueblos originarios, y nos comprometemos a proseguir la obra de evangelización de los indígenas, así como a procurar los aprendizajes educativos y laborales con las transformaciones culturales que ello implica.
3.
4. El seguimiento de Jesús en el Continente pasa también por el reconocimiento de los afrodescendientes como un reto que nos interpela para vivir el verdadero amor a Dios y al prójimo. Ser discípulos y misioneros significa asumir la actitud de compasión y cuidado del Padre, que se manifiestan en la acción liberadora de Jesús. “
5. Por esto,